domingo, 9 de enero de 2011

Vuelta a la vida portuguesa

Hogar dulce hogar dije al llegar a Zaragoza, y la misma sensación me recorrió las entrañas al llegar a Aveiro.
Todo mas o menos seguía igual, la lluvia me recibió con todo su explendor!! porque como caía,¡¡¡ todo el agua estaba esperando a que yo llegase!!!

Bueno todo todo igual no, porque...........ya no tengo compis de piso, ir descubriendo poco a poco que no tienes vasos, ni platos, ni cacerolas ni una miselable sartén............¡¡¡ni nada de nada!!! porque todo era de Elena. Por la cabeza se te pasan muchas cosas, ¿y ahora estoy yo sola?, ¿con qué voy a cocinar? ¿lo sabrá la casera? ¿han roto? ¿y ahora que hago? al menos nadie me dirá nada por ir en bragas por casa o por no fregar los platos de la cena.

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