Desde Malpartida y desde Zaragoza apenas podían conciliar el sueño pensando que podía ser una de tantas chicas que se pierden en el trayecto, que desaparecen y se esfuman sin dejar rastro alguno.
Todo quedó en una mala noche y un mal sueño que nunca se produjo.
Moraleja: el próximo viaje lo haré de día.
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